UNA ESCUELA DOMINICAL QUE FUNCIONA

Samuel Escobar

El excelente artículo de Tomás Gómez Bueno en Protestante Digital sobre las escuelas dominicales me lleva a compartir la experiencia positiva y promisora que tenemos ahora en la Primera Iglesia Evangélica Bautista de la Calle Quart en Valencia.

Preocupados por el ínfimo número de participantes en la Escuela Dominical (ED) y luego de reflexiones y conversaciones como iglesia adoptamos un nuevo horario para nuestra actividad dominical. A la llegada del pastor Eduardo Delás y a propuesta de  Julio Mengual, el Presidente de la junta de diáconos, la Iglesia adoptó el nuevo esquema.

  • Empezamos con el culto dominical a las 10:30 de la mañana que dura aproximadamente hasta las 12.
  • Luego tenemos un tiempo de cafés y a las 12:30 empieza la ED, con clases para niños, jóvenes y adultos.
  • Diferentes grupos de la iglesia trabajan en la preparación y venta de los cafés, y el producto de la venta va destinado a causas misioneras.
  • En tres clases de adultos y jóvenes se discute como tema central el sermón del predicador o predicadora del día con su correspondiente pasaje bíblico, en el cual se puede profundizar. Hay otras opciones de clase para quienes así lo desean.
  • Con este esquema personas que antes no venían a la ED empezaron a venir y el alumnado aumentó.
  • Las clases terminan a las 13:15 como máximo, aunque a veces el entusiasmo de la discusión se prolonga algo más.

Para realizar este esquema hemos contado con un plan de predicación a largo plazo tratando de cubrir libros completos de la Biblia o selecciones temáticas. Los predicadores nos hemos esforzado en la preparación y así es como han resultado tres libros, por ejemplo. En 2012 Santiago: la fe viva que impulsa a la misión por Eduardo Delás y Samuel Escobar (11 capítulos). Por los mismos autores en 2014, Vivir contracorriente: Efesios para nuestro tiempo (8 capítulos) y en 2015 Vidas en construcción Proverbios por Delás, Escobar y Lola Sánchez (11 capítulos). Los libros están diseñados para que sirvan en clases de ED e incluyen preguntas y ayudas didácticas.

Como puede verse el plan requiere trabajo de preparación con el texto bíblico y no puede improvisarse. El pastor y los otros predicadores han de dedicar tiempo y esfuerzo a su tarea, teniendo en cuenta al prepararse las situaciones que viven los oyentes. Lo ideal también es encontrar maestros de ED dispuestos a dirigir clases participativas, y no únicamente discursos. Han de vencer el temor a las preguntas de los alumnos y ver la clase como un proceso comunitario de aprendizaje y crecimiento en la comprensión de la Palabra de Dios y en la renovación de la vida y el testimonio como resultado. Creemos que por la gracia del Señor hoy en día hay apertura a la Palabra de Dios y eso sólo puede venir del Espíritu Santo. Como sólo de Él puede venir la fuerza para poner en práctica la palabra recibida.

La narrativa y la comunicación del evangelio

 

Siempre será un deleite escuchar al Dr. Samuel Escobar (Teólogo peruano). Aqui su conferencia titulada «La narrativa y la comunicación del evangelio». En la presentación de mi libro «El Cristo del camino». Los invito a ver y escuchar el video.

Conferencia del Dr. Samuel Escobar «La narrativa en la Biblia y en la comunicación del evangelio». Lectura de la autora. En el marco de la presentación del libro «El Cristo del camino» de Patricia Adrianzén.

Libro de la Semana: Dios con los cinco sentidos (Zenith, 2005). Lo ha escrito Pedro Gelabert

samuel-escobar-pedro-gelabertFrecuentemente pensamos en Dios y hablamos de Dios. A veces nos preguntamos ¿cómo hablar de Dios a quienes todavía no le conocen? Un libro profundo pero sencillo y rico en sugerencias es Dios con los cinco sentidos (Zenith, 2005). Lo ha escrito Pedro Gelabert, un maestro de la Asambleas de Hermanos. Su idea ha sido escribir para la gente que no va a la iglesia, y lo ha conseguido. La editorial que lo publica es secular ¡Este libro os gustará!

Libro de la semana: Aprendiendo a escuchar – Autor: Paul Tournier

aprendiendo-escucharLos que visitáis la librería de la iglesia después del culto habréis visto unos libros grandes, encuadernados, por Paul Tournier. Os recomiendo a este autor, un médico suizo, gran creyente en Cristo y hábil escritor. Tournier (1898-1986) creó una nueva aproximación a la medicina llamada “medicina de la persona”, por contraste con la práctica médica que trata a las personas como a números o cosas. La editorial Andamio está publicando toda su obra y ya van 17 títulos. Son libros que ayudan a vivir. Hoy día os recomiendo Aprendiendo a escuchar (2004) que es una colección de trabajos breves y entrevistas. Es una buena manera de introducirse en la lectura de este gran siervo de Dios.

Libro de la semana: Psicología de la oración – Libro del Dr. Pablo Martínez Vila

Psicología De La OracionCuando un psiquiatra cristiano escribe sobre la oración seguramente tiene cosas valiosas qué decir. Más aun si es alguien con buena formación bíblica y teológica. Es el caso del doctor Pablo Martínez Vila y su libro Psicología de la oración (Clie-Andamio, 2002). Un libro práctico, pastoral y profundo, escrito en un estilo claro que nos ayuda a comprendernos mejor a nosotros mismos como personas que oramos. O que queremos aprender a orar mejor, a orar conforme a la enseñanza de la Biblia sobre la oración.

Libro de la semana: ¡Uf! ¡Qué cosas pasan! – Autor: Antonio Gómez

¡Uf! ¡Qué cosas pasan! es el título del libro más reciente del conocido pastor bautista andaluz Antonio Gómez.. Es una colección de brevísimas “historias verídicas” de cosas que pasan en el mundo evangélico y que nos hacen sonreir o reir. Las ilustraciones gráficas son del pastor Juan Carlos Quinteros. En su prólogo dice Robert Velert, Presidente de la UEBE: “La receta de poner en todos nuestros cocteles de palabras unas gotitas de humor sonriente suele ser infalible”. Este libro estará disponible en la librería de nuestra iglesia.

¡Gracias a Dios por España!

samuel-espana¡Gracias a Dios por España!

 

Samuel Escobar

Reflexionando en vísperas del 12 de Octubre he llegado a la conclusión que he de celebrarlo también, dando “gracias a Dios por España”. No es que preste atención a la retórica del nacional catolicismo que escucharemos mucho en estos días, sino que tengo razones poderosas para agradecer a Dios por España.

En primer lugar por la España de hoy, en la cual me ha tocado vivir esta etapa de mi vida. Por la calidad de vida que es posible en este país y que muchos otros inmigrantes que conozco agradecen también. Por el sistema de salud que ha sido una bendición especialmente durante la enfermedad de mi esposa, y que es lo mejor que he visto de todos los países donde me ha tocado vivir.

Y hay también razones históricas de más larga duración. Cuando pienso que es posible viajar desde California hasta la Patagonia y comunicarse en castellano en más de una veintena de países, doy gracias por esa lengua castellana que trajeron los españoles en el siglo XVI. Así escribía el historiador colombiano Germán Arciniegas: “En el Nuevo Mundo, donde el aislamiento había mantenido las lenguas estancadas, donde no se podía ir de Centroamérica al Sur sirviéndose de palabras comunes, se introdujo en brevísimo espacio de tiempo una lengua común que permitió comunicase a toas las colonias desde Mexico hasta Chile y el Río de la Plata. Cada nueva capital de un virreinato, de una gobernación, cada pequeña villa que se fundaba, era una capital o una villa de lengua castellana.”[1]

Arciniegas nos recuerda también que este paso de la lengua castellana al nuevo mundo se dio justamente en el siglo en que esa lengua había alcanzado máximo esplendor “un idioma con raíces latinas, griegas y árabes. Un idioma, entonces, con toda la fuerza del siglo en que se mostró más vigoroso y rico, más creador y poético, más heroico, místico, teatral, jurídico: universal. Es el siglo de Cervantes, de Santa Teresa, de Lope de Vega, de Quevedo.”[2]   Y como evangélico estoy profundamente agradecido que en ese siglo Dios levantara a creyentes evangélicos españoles, capaces y valientes, como los traductores Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera que pese al asedio de la Inquisición se arriesgaron a la empresa de traducción de la Biblia de sus originales hebreo y griego. Ese es el castellano rico y sonoro que tantos evangélicos hemos aprendido desde niños en la Biblia.

Reconozco que varios protestantes latinoamericanos hemos escrito sobre los defectos y abusos del proceso de cristianización que acompañó a la conquista española de América. Y sin embargo tengo que agradecer a Dios por los misioneros españoles que intentaron cultivar una práctica misionera a la manera de Cristo y que se esforzaron en comunicar el Evangelio bíblico. Algunos de ellos, como Bartolomé de las Casas, fueron también críticos agudos del proceso cristianizador superficial y abusivo, que por fin se impuso.

Mi buen amigo y hermano Estuardo Macintosh, misionero escocés que trabajó treinta años en el Perú, me llamó la atención por primera vez a un libro del siglo XVI en el cual él es un especialista: De procuranda indorum salute, escrito en latín por el jesuita español José de Acosta, quien lo tradujo al castellano como Predicación evangélica en Indias.[3] Se trata de un verdadero “Manual” para misioneros que tiene lecciones tan valiosas que los misioneros de hoy haríamos bien en conocer y practicar. Macintosh lo ha traducido al inglés. Guardo como un tesoro la edición que he conseguido, de 619 páginas, publicada en Madrid en 1952.

Desde mi niñez mi fe evangélica se fortaleció con aquellos himnos que cantábamos con entusiasmo y vigor y que dieron forma a nuestra espiritualidad. Así aprendimos de memoria, por ejemplo: “Nunca Dios mío cesará mi labio de bendecirte, de cantar tu gloria, porque conservo de tu amor inmenso grata memoria.” Y así con más de un centenar de cánticos escritos o traducidos por evangélicos españoles del siglo XIX y XX como Juan Bautista Cabrera o José M de Mora. Gracias a Dios por esos poetas españoles cuyas obras cantan todavía millones de evangélicos de habla castellana.

Más recientemente he conocido la obra de Diego de Hojeda quien publicó en Sevilla, en 1611 La cristiada “que trata de la vida y muerte de Cristo nuestro Salvador” y que luego fue publicada numerosas veces a lo largo del siglo XIX. Hojeda había nacido en Sevilla en 1571 y antes de cumplir veinte años viajó a Lima, donde profesó como sacerdote en 1591. Luego vivió en Cusco y Huánuco, donde murió en 1615. Remitiéndose a los juicios de Menéndez y Pelayo y Quintana, el escritor peruano Ventura García Calderón dice respecto a Hojeda: “Su Cristiada presenta la paradoja de que la mejor epopeya cristiana de España haya sido escrita en un convento peruano.” [4] Las dos primeras estrofas del Libro Octavo nos permiten ver el tono contemplativo y místico de esta epopeya:

Mas ¡ay que baja por el aire apriesa

sobre el cuerpo de Cristo el fiero azote!

¡Ay Dios, que llueven, cual de nube espesa,

golpes en el Supremo Sacerdote!

¡Ay Dios que de sacar sangre no cesa,

para que toda en el dolor se agote

la cruel disciplina!¡Ay Dios amado!

¡Ay Jesús, por mis culpas azotado!

 

Yo pequé, mi Señor, y tú padeces;

yo los delitos hice y tú los pagas;

si yo los cometí, tú, ¿qué mereces,

que así te ofenden con sangrientas llagas?

Mas voluntario, tú, mi Dios, te ofreces;

tú del amor del hombre te embriagas;

y así porque le sirva de disculpa,

quieres llevar la pena de su culpa.[5]

 

El sufrimiento y la muerte de Cristo son entendidos con un significado expiatorio que expresa el propósito divino de redimir al ser humano de sus culpas. Gracias a Dios por La Cristíada. Gracias a Dios por España.

Gracias a Dios por el pueblo evangélico en la España de hoy, ese pueblo que se está multiplicando, y que en esta España de cultura post-moderna y libertad religiosa intenta dar testimonio de la obra salvadora y transformadora de Cristo. Quienes formamos parte de ese pueblo hemos de recordar que en España no estamos en una tabula rasa donde nada se sabe de Dios y de Cristo. Anunciar a Cristo en la España de hoy requiere una fe arraigada en la Palabra, humildad, sabiduría y discernimiento.

 

[1] Germán Arciniegas, El continente de siete colores, Aguilar, Bogotá, 1989; p.42.

[2] Ibid.

[3] Publicado en Sevilla como parte de su obra más amplia Historia natural y moral de las Indias, , publicada en Madrid en 1952.

[4] Biblioteca de Cultura Peruana, Los místicos De Hojeda a Valdés, compilación e introducción por Ventura García Calderón, Desclée de Brouwer, París 1938¸p.21

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[5] Ibid. p. 29

Libro de la semana: El fenómeno de las megaiglesias – Autor: Os Guinness, pensador evangélico estadounidense

megasiglesiasEn Estados Unidos se han puesto de moda las “megaiglesias” de tipo carismático que tienen varios miles de miembros y no tienen relación con las denominaciones evangélicas históricas. Por todo el mundo, España incluída, hay obreros cristianos que quieren imitar el modelo de estas verdaderas corporaciones. Un libro que ayuda a entender el asunto es El fenómeno de las megaiglesias (Publicaciones Andamio, 2003), por Os Guinness, un respetado pensador evangélico estadounidense. No es lectura fácil pero es una buena fuente de discernimiento para entender críticamente el fenómeno.